Menéndez Pelayo. Marcelino
         [967](1856-1912)

 
   
 

 
      Erudito polígrafo y crítico literario español, del siglo XIX, de una erudición asombrosa y obligada referencia literaria y ascética de la mayor parte de las grandes figuras históricas.
   Había nacido en Santander y vivió y trabajó en diversos lugares, sobre todo en la capital de España. Estudió en la Universidad de Barcelona y en la de Madrid. Hizo un viaje de estudios por Portugal, Francia e Italia.
   En 1878 obtuvo a sus 21 años la cátedra de Literatura en la Universidad Central de Madrid y en 1881 fue elegido miembro de número de la Real Academia Española. Luego fue designado miembro de la Academia de Historia y desde 1898 fue Director de la Biblioteca Nacional.
   Su fama fue grande y estaba basada en su capacidad asombrosa de crítica, en su erudición sólida, en cualidades personales de verdadero genio, de modo que sus escritos fueron, desde su misma aparición, cumbre de la historiografía española. Algunos, como la "Historia de los heterodoxos españoles", de 1881, es modelo de estilo, solidez, coherencia y serenidad de juicios.
   Es precisamente en esta obra donde plantea la religiosidad que subyace en todo el pensamiento español, incluso en personajes que no pasaron por afectos a la Iglesia. Los juicios de valor de Menén­dez Pelayo son imprescindibles para entender la Historia cristiana de España.
   Pero cultivó otros muchos temas de la Historia, de la Filosofía, de la Literatura y de la Sociología. Su obra fue gigantesca, siendo la mejor edición la hecha en 65 volúmenes por el "Consejo Superior de Investigaciones Científicas", en 1940, con el título de "Obras completas."
   Entre las más celebradas, hay que recordar la “Historia de las ideas estéticas” (5 volúmenes), “Orígenes de la novela” (4 volúmenes), “Antología de poetas líricos españoles” (10 volúmenes), “Estudios sobre el teatro de Lope” (6 volúmenes), “Historia de la poesía hispanoamericana” (2 volúmenes) o la citada “Historia de los heterodoxos españoles” (8 volúmenes).
   Al asociar Menéndez Pelayo lo católico y lo español, aunque en el último concepto englobaba con generoso espíritu montañés todo lo relacionado con las otras lenguas peninsulares además del castellano, ha merecido reticencias en los movimientos laicistas y en los pro­motores resentidos de los nacionalismos anticentralistas. Pero, guste o no guste, los argumentos de esta figura señera de la cultura peninsular, y europea, son tan contundentes, que siempre serán de obligada referencia, si se quiere hablar en clave científica y con fundamentos toda­vía no superados después de un siglo de vigencia.